Mujeres de Tehauntepec (1939)
Nuevamente hay que hablar de Arte por partida doble. De nuevo en el continente Americano y también sobre un artista mundialmente conocido que fue el mayor exponente del modernismo, esta vez en México y de nuevo de un edificio, el que alberga y tiene por objetivo propagar la obra de Rufino Tamayo.
Si en la entrada anterior (31 julio) me refería a Camargo como exponente del modernismo en Brasil y además admirábamos ese maravilloso edificio que contiene su obra, en la de hoy he tenido el placer de disfrutar de un pintor que además de ser vanguardia del modernismo tuvo la grandeza de no alejarse de sus raíces. Todo lo contrario. Su trabajo discurrió paralelo a su tierra y a su cultura.
Rufino Tamayo nacido en Oaxaca (1899-1991) representó México en toda su obra y además lo hizo desde un contexto nada fácil, en un momento en que el arte mexicano pasaba por ser exponente de los movimientos sociales y que todo aquél que se preciase como artista tenía que ceñirse a un determinado tipo de arte llamado "social".
Tamayo consiguió llevar adelante su obra de manera independiente, ser un representante del modernismo y al mismo tiempo no alejarse de sus raíces ni separar el movimiento social de su arte, todo ello desde una independencia de criterios.
Considerado como uno de los principales artistas en la historia de México a la par de Diego Rivera o de Orozco, su obra, aunque si implicada socialmente, nunca fue tan política como la de estos.
Su estilo supo combinar temas populares autóctonos con formas de vanguardia como el cubismo. Su pintura fue evolucionando desde pequeños formatos de color más liviano a obras de cromatismo brillante con clara temática social. Desde el uso de una perspectiva de influencia cubista hasta desarrollar un estilo propio.
La fuerza del color esta presente en toda su obra lo mismo que las referencias al indigenismo haciendo que su factura sea inconfundible. Combinó la pintura de caballete con la mural.
La mayor parte de influencias que recibió Tamayo aparecen en el óleo “El pájaro Cantor” (1943). En él, el arte, la cultura y el color exultante del arte popular de México y la influencia occidental se muestra en todo su esplendor.
La figura refleja el interés de Tamayo por la escultura prehispánica, nos muestra la sencillez de la forma y también la influencia del cubismo adquirida por la convivencia con artistas como Miró, Picasso o Braque durante sus años en París. Y por supuesto nos muestra la fuerza del color, algo que fue fundamental en su obra que le fascinaba y que investigó en el arte popular. En “El pájaro cantor” este color llena la tela de vida y rebosa todos planos.
En 1938 marchó a vivir a Nueva York. En
Sus obras fueron reclamadas por todo el mundo, tanto los murales como “Homenaje a la raza” (1952) o “América” (1956) en el Banco del Suroeste en Houston o el que realizó para el edificio de
Su primera obra totalmente abstracta la realizó en 1943 “La naturaleza y el artista”.
Fue después de esta fecha, durante la década de 1950,cuando desarrolló una tendencia hacia la abstracción a la vez que su obra estaba marcada por un estilo fuertemente emocional.
En sus cuadros de naturaleza muerta aparece el fruto de la sandía reiteradamente hasta convertirse en una imagen que se asocia a su obra.
Naturaleza Muerta
Rufino Tamayo fue un gran conocedor del arte prehispánico. En Oaxaca, su lugar de nacimiento, contactó con este arte y con objetos precolombinos que más tarde dibujaría. Además fue un gran coleccionista que reunió una colección de esculturas prehispánicas de gran valor que donaría al su ciudad natal.
Tamayo se hizo acreedor de múltiples premios y condecoraciones. Fue Doctor Honoris Causa por
Pero la mayor satisfacción para el artista fue fundar el Museo que lleva su nombre. Inaugurado en 1981 en la capital Mexicana, es una de las instituciones culturales más importantes de México. Está dedicado a la presentación y organización de exposiciones de arte contemporáneo internacional, a la obra de su Fundador, y a la colección que éste donó a la nación mexicana. Constituye un espacio dinámico donde se fomenta la apreciación y el análisis de manifestaciones artísticas de vanguardia procedentes de diversos lugares del mundo. Es uno de los centros de Arte Contemporáneo más importantes del mundo.
PAISAJE CON ROCAS. MUSEO ARTE MODERNO DE MÉXICO
El diseño del edificio del Museo Tamayo, a cargo de los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, comenzó desde 1972. Tras varias interrupciones volvió a reanudarse en 1979 y se concluyó en dos años.
El resultado fue un edificio modular en varios niveles que se integra con armonía en el entorno. Su estructura nos remite a la herencia arquitectónica prehispánica. Las diversas pendientes o taludes con vegetación son parte fundamental de la composición y establecen la relación del edificio con el Bosque de Chapultepec creando la impresión de que el Museo surge del suelo.
Llama la atención el diseño de los espacios interiores que, iluminados con luz natural, crean diversas atmósferas. La luz natural y artificial se mezclan para crear contrastes que intensifican la relación del visitante con las obras de arte. Al fondo de cada sala existe un vano superior y uno lateral en forma de terraza o ventanal que recibe luz natural.
El edificio se hizo merecedor al Premio Nacional de Arquitectura 1981 y es considerado en México como uno de los ejemplos de arquitectura contemporánea destinada a la labor museística.
Una ampliación del Museo ya está en marcha. Para ello se le encomendó el proyecto al arquitecto González de León. La ampliación supondrá una nueva sala para la obra de Rufino Tamayo y otra para la exhibición de la colección permanente.
Y con el objetivo de fortalecer el Museo, próximamente se inaugurará una extensión de éste en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, que tendrá como fin conservar y acrecentar la colección que Olga y Rufino Tamayo donaron a México. Un nuevo espacio que va a permitir acoger colecciones privadas y la adquisición de obra para enriquecer la colección permanente.
El terreno fue donado por el Municipio de Atizapán de Zaragoza y para elegir el proyecto se convocó un concurso ganado por Rojkind Arquitectos + BIG por lo que Michel Rojkind , prestigioso y joven arquitecto mexicano, conjuntamente con el estudio danés BIG, llevarán a cabo el Proyecto.
El Nuevo Museo Tamayo diseñado sobre una empinada ladera en Atizapan, y con una forma en planta que simboliza una cruz, se reparte de manera ordenada en espacios destinados a todo el público y espacios para los administrativos.
La idea del proyecto es la de ofrecer una “caja cerrada” que revela parte de su interior e invita a los visitantes a penetrar en ella. Los espacio de embalaje, restauración y almacenamiento serán abiertos a los visitantes con el objetivo de que puedan conocer todas las etapas y estados que tiene una obra de arte antes de ser exhibida.
Este nuevo edificio además de aumentar la oferta del programa del Museo Tamayo también será, sin duda, un destino cultural y un nuevo icono de la arquitectura museística al igual que el actual.
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Fuentes consultadas: Archivo propio. Arte Latinoamericano siglo XX (varios autores). Arquitectura siglo XX (varios autores). Sothebys`s, Latin American Art.
Fotografías: Archivo propio y la misma red.