IMPA, fuerza y convicción

Hoy acompañé a mi hijo Lautaro a inscribirse en el Bachillerato Popular que funciona en IMPA (empresa de plásticos y metalúrgica recuperada por sus trabajadores).
Entré a IMPA por primera vez entre el  2002 y el 2003 de la mano de Peche (ese entrañable amigo), que me buscó para hacerme conocer la revolucionaría labor de ayudar a los obreros a recuperar su fuente de trabajo a través de la movilización cultural; o sea TRABAJO CULTURAL Y CULTURA DEL TRABAJO. Así conocí la emblemática "La Fábrica - Ciudad Cultural".
No llegué a comprometerme a fondo con sus actividades, pero conocí a artistas talentosos y jugadísimos con la lucha de ese nuevo movimiento de empresas recuperadas, con los cuales aún sigo viéndome. Entre ellos al dibujante y ceramista de excelencia Sebastián Maissa, con el cual  ya no nos vemos pero en ese entonces realizamos una experiencia de mural colectivo. Utilizando acrílicos para exteriores y pasteles al óleo decoramos parte del cuarto piso de IMPA.
En esa oportunidad nos habíamos distribuido de la siguiente manera los temas: Sebastían se encargaría del homenaje a los trabajadores del cuarto piso (era, según él su primera experiencia mural,) y yo compuse con  alegorías y metáforas.
Así fue que seguí con la metáfora de los alambres de púas y el toro enredado, pero esta vez ese alambre era cortado con ayuda del hombre, de una máquina funcionando, de una cinta cinematográfica, de una goma quemada; en otro muro una renovada industria nacional moviendo engranajes.
Hoy recuperé parte de mi historia. Llegue a creer que ese mural ya no existía, que se fue con Peche. Pero me equivoqué, ni Peche ni el mural se fueron. Gracias a esos trabajadores me equivoqué. M.C.