CERÁMICA MOCHE. Otra forma de narrar la historia.




Si la cerámica Nazca nos deslumbró con su policromía, se puede decir que la Moche es posiblemente la mayor representación escultórica y de diseño del antiguo Perú.

La cultura Moche o Mochica se ubica en el Norte de Perú y coincide por un tiempo (se desarrolló entre los 100 a.C y los 800 d.C) con la cultura Nazca que nos visitó en la anterior entrada, y al igual que en ésta, su mayor representación artística es la cerámica.



BOTELLA CON MODELADO DE RASGOS PERFECTOS



El mayor rasgo diferencial que vamos a constatar si hacemos una comparación entre las dos representaciones, se encuentra en la austeridad de los colores. El blanco-crema y el rojo-ocre fueron casi los únicos colores que encontramos en la cerámica Moche, pero sus dibujos y sobre todo sus formas y figuras, son realmente bellas y cuidadas.



VASOS REPRESENTANDO DIFERENTES ANIMALES




Los Mochicas fueron considerados esmerados ceramistas gracias al fino trabajo que realizaban. Los dibujos y los rostros que dibujaban y modelaban eran de expresividad y realismo asombrosos.



PERFECTA REPRESENTACIÓN DE UN GUERRERO CON SU PRISIONERO



Si alguna cerámica sirve para narrar la vida de una cultura, esta es la Moche. Con sus esculturas y sus dibujos nos dejaron “escritas” las vivencias de su pueblo. Así hemos podido saber de su sociedad clasista, en dónde los guerreros eran una casta, pues fue este un pueblo guerrero y una cultura en la que se practicaban los sacrificios humanos.



POSIBLE GUERRERO ATAVIADO CON PECTORALES



También hemos visto representados sus dioses, con sus caras poco tranquilizadoras como el dios de la creación del cielo y la montaña, Ai Apaec ,con aspecto de fiero guerrero y a los sacerdotes, otro estamento social muy importante, y por supuesto la cotidiana vida del pueblo en escenas de caza, de enfermedades o de animales y plantas.



VASIJA CON UNA FIGURA ERÓTICA



También es notable su cerámica erótica con abundantes figuras que representan la realización del coito en posturas.



FIGURAS ERÓTICAS MODELADAS ENCIMA DE VASIJA



Una gran representación fue la de los “huacos”, retratos humanos que no dejaban distinguir la condición social del modelo.

Así como en la cerámica Nazca encontramos en sus vasijas el “asa puente” como una característica propia, en la Moche tenemos el “asa estribo” que la hace inconfundible.




VASIJA CON ASA ESTRIBO BELLAMENTE DECORADA




Era una cerámica no funcional que nos habla más de un papel religioso o de rituales funerarios. En general se depositaba como ofrenda a los muertos. Recordemos aquí al famoso “Señor de Sipán” en cuyo ajuar se hallaron figuras de cerámica. La riqueza de la cerámica de uso funerario o religioso contrasta con la de uso doméstico de gran sencillez y apenas decorada.




PLATO CON ESCENAS BÉLICAS



Sin duda fue un soporte importante para “relatar” la vida de esta gran cultura. También hay que apuntar que aunque es la cerámica el tema que aquí tratamos, y que es su mayor legado como cultura, los Mochicas fueron unos grandes artesanos y destacaron también en orfebrería, trabajando el oro y la plata y en trabajos textiles.



ARTE MOCHICA EN UNA VASIJA CON ASA ESTRIBO-FIGURA Y FINA DECORACIÓN




La cerámica Moche está dividida en diferentes etapas, según diferentes historiadores, en función de sus representaciones y modo de trabajarla e incluso según las diferentes zonas geográficas en que se ha localizado. A grandes rasgos y sin entrar en detalles, diremos que la división es la siguiente:


La llamada MOCHICA I en la que abundan pequeñas vasijas-retrato, botellas con asa-estribo y en su mayoría recubiertas de pinturas.

La MOCHICA II, con una cocción más depurada, con pinturas de mejor estilo y figuras más esbeltas, en una palabra, más refinadas.

MOCHICA III, los vasos-retrato y de animales, con decoración geométrica y de la vida cotidiana.

MOCHICA IV, en la que se incorporan nuevas formas y paisajes

Y la MOCHICA V, que algunos consideran demasiado barroca y algo decadente en decoración y forma.


La pasta utilizada era una mezcla de arcilla, polvo de piedra, posiblemente para lograr que fuese más refractaria, y agua para darle consistencia. Las proporciones variaban en función de la finalidad de las piezas y la temperatura oscilaba entre 800 a 1000 grados, es decir era una pasta de la que llamamos de temperatura media pero lo bastante alta como para conseguir una cerámica de calidad.



VASIJA MOCHE FINAMENTE DECORADA



Como todos sabemos, el torno fue desconocido en estas culturas. Fue el modelado o los moldes la manera de trabajar el barro. En el caso de los bellos recipientes-esculturas mochicas, al parecer, se realizaba la figura que era la matriz algo más gruesa y ésta servía como molde para posteriores piezas.



PERFECTO PERFIL CON ASA ESTRIBO



Según se ha podido saber por los yacimientos arqueológicos encontrados, no se puede confirmar la utilización de hornos tal como nosotros los entendemos. Al parecer la cocción se realizaba en hoyos profundos en el suelo en donde se depositaban las piezas y se cubrían con ramas y demás materiales de combustión. El aire se obtendría por canalizaciones para lograr que la atmósfera fuera oxidante ya que la pureza de las piezas así lo indica.




BOTELLA CON FIGURA MODELADA EN SU BOCA



Como en la anterior entrada dedicada a la cerámica Nazca, repito aquí lo que dicen algunos expertos: “La cerámica Nazca es para ver y la Moche es para tocar, en alusión a la bella policromía de la Nazca y las perfectas esculturas de la Moche. De una y otra nos han quedado testimonios que así lo confirman.




VASO FIGURA ESPECTACULAR TERMINADA EN ASA ESTRIBO




La riqueza de la cerámica antigua de América nos demuestra, sin excepciones, lo que significó para estas culturas. Fue mucho más que la herramienta para realizar utensilios funcionales. Estuvo profundamente unida a la vida de los pueblos, sirviendo para representar todo aquello que era importante: la religión con sus dioses y sacerdotes, sus mitos y leyendas, los reyes y mandatarios y la vida cotidiana del pueblo. En una palabra, fue la letra que sirvió para escribir la historia.




VASIJA MODELADA MUY TIPICA DE ESTA CULTURA



El arqueólogo peruano Rafael Larco Hoyle (1901-1966) fue uno de los grandes estudiosos de la cerámica Moche.

NOTA: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.

Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y “picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada fecha.

Fuentes Consultadas:

Los Mochicas I y II. Rafael Larco Holey

Historia de la cerámica. Emmanuel Cooper

Curso-Conferencias impartido en el Museo Romano de Irún bajo el título de: Grandes Tesoros de la Arqueología Americana (año 2011).

Cultura arqueológica. Cerámica. (varios tomos) Fernando Fernández Chiti (Edit.Condorhuasi)

Hornos cerámicos. Fernando Fernández Chiti (Edit. Condorhuasi)

Web del Museo de Arte Precolombino de Santiago de Chile.

Fotografías:

Las mismas y la red.