Encuentros de Arte: Muralismo en Bolivia.

Voy a dividir la maravillosa experiencia en La Paz durante la semana de agosto en se se desarrolló el 1° Encuentro de Muralismo, en dos publicaciones. La primera, ésta, la voy a dedicar a los maestros muralistas bolivianos; que a mi parecer y con grata sorpresa demostraron ser los que interpretaron con mas acierto los conceptos y la estética de lo que se denominó "el muralismo mexicano de la revolución".
Hasta esta momento solo había conocido la experiencia de Argentina y Chile tras la llegada de Siqueiros en la década del '30 y '40 junto a Xavier Guerrero y el de Gonzalez Camarena en la década del '60. Inclusive las experiencia devenidas del Grupo Poligráfico en Argentina una década después no reflejaron las convicciones políticas, en el muro (sin menospreciar la obra posterior de cada uno de ellos por separado); como así lo hicieron los muralistas bolivianos Miguel Alandía Pantoja, Eduardo Espinoza, Walter Solón Romero, Gil Imaná y Lorgio Vaca ; estos tres últimos que he tenido el orgullo de conocer en vida.
Con formas y resoluciones espaciales que mixturan su admiración por el expresionismo alemán, por Orozco, por Camarena y Portinari, estos maestros lograron llevar a un plano regional las problemáticas históricas y coyunturales de la política que les toco vivir, con opinión y propuesta y con una crítica social comprometida ante la violación de los derechos humanos en la última dictadura militar boliviana.
En otro plano noté con asombro la poca información que el común de la gente tiene de su patrimonio muralístico y la historia que conlleva.
Hay cierto desequilibrio en cuanto al trabajo por rescatar la memoria de estos creadores, y un trabajo arduo de los funcionarios gubernamentales por ir nivelando esta deuda cultural y educativa.
La Fundación Solón (uno de los organizadores del encuentro) tiene un trabajo muy intenso y comprometido por rescatar la obra y las acciones del maestro Solón Romero, mientras que queda rezagada la maravillosa obra de Alandía Pantoja, que con esquivas y confusas explicaciones sobre el por qué de su "segundo plano", los expertos lo justifican por una supuesta negativa por parte de la familia del muralista en difundir plenamente su obra.
Me atrevo a convocar a mis amigos del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM (México) a que los consideren para su publicación "Crónicas", como un aporte valiosísimo al arte público latinoamericano contemporáneo.
Por ahora solo les dejo algunas impresiones visuales de estos maestros bolivianos que nos siguen enseñando. M.C.