MARIO CARREÑO. Desde el Caribe a la Cordillera.

SIN TITULO

Para unos cubano, para otros Chileno. Posiblemente el arte de este hombre fue lo suficientemente grande e internacional como para traspasar las fronteras. Nació en La Habana en 1914 y murió en Chile en 1999. En una retrospectiva que en 2004 le dedicaban en ese país andino decían que era: “uno de los exponentes más destacados de la pintura latinoamericana y un extranjero que hizo suya nuestra tierra”.

Si recorremos ese “arco imaginario” que se puede trazar desde Cuba hasta Chile haciendo alegoría de su vida, nos encontraremos a un artista fascinante, de factura exuberante y colorista representativa del Caribe que le vio nacer y que no le abandonaría en toda su vida artística y también al hombre cosmopolita que se abrió al mundo. Prueba de ello es el reconocimiento que logró en Europa y EE UU.

Como anécdota recordar que una reciente subasta de Pintura Latinoamericana (mayo de este año en curso) celebrada en la casa de subastas Crhristie’s, adjudicó “Fuego en el Batey” por 2.188.100 dólares. Ésta es una obra que se había dado por desaparecida durante años y que fue redescubierta en Long Island (Nueva York).

FUEGO EN EL BATEY

De La Habana viajó a Madrid dónde ingresó en la Escuela de San Fernando. Conoció a Neruda y su círculo de amigos artistas, Alberti y Lorca entre otros. Fue al estallar la guerra civil española cuando, como muchos intelectuales de España, se trasladó a México. Este país sería fundamental en su obra ya que allí conoció a los grandes muralistas Rivera, Siqueiros, Orozco y Rufino Tamayo (este blog entrada 8 de agosto). Por influencia de ellos el mural llegaría a formar parte de su obra. También estudió en París dónde fue conocido en el ambiente intelectual. Con el estallido de la guerra mundial parte para N.York. La estancia en esta ciudad fue muy fructífera y la compartió con estancias esporádicas en La Habana a donde regresaría en 1951 y dónde ejerció de profesor. En una de esas estancias en Cuba hacia 1942 fue visitado por Siqueiros con el que trabajó en un mural.

DANZA

Fue hacia 1958 cuando los acontecimientos políticos de la Isla con la dictadura de Batista, hacen que se dirija a Chile país que ya había visitado anteriormente y en el que había impartido diversos cursos y recibido varios premios.

Con toda seguridad su amistad con Pablo Neruda y la propia Universidad de Chile que era el lugar en dónde había impartido cursos de arte, tuvieron mucho que ver en la decisión de elegir ese país. Fue una figura destacada en el medio artístico y cultural de Chile. Cuando le llegó la muerte en el país andino, el pintor tenía la nacionalidad chilena.

La obra de Carreño está influida en sus orígenes por el Renacimiento, el surrealismo y la de un Picasso clásico. Evolucionaría hacia un estilo épico, sobre todo por influencia de sus amigos los muralista Siqueiros y otros mexicanos. Con estos artistas comenzó a experimentar con pigmentos industriales obtenidos de la nitrocelulosa, como el “duco”, un esmalte que seca muy rápido y que le obligaba a trabajar con gran velocidad sin tiempo para hacer esbozos. Realizaría unas 15 obras con esta técnica que por la paleta, el estilo y la temática son auténticos iconos de la pintura cubana.


CORTADORES DE CAÑA

De la primera década de los cuarenta, cuando su obra era fuertemente nacionalista, tenemos “Los cortadores de cañas”.

Esta pintura sobre tabla de fuerte color tropical, muestra a los cortadores en plena faena cotidiana de cortar la caña. Los músculos, exagerados en su tamaño y los machetes en la mano, dan muestran a la vez de fuerza y gran movilidad.


RECINTO ALUCINANTE

El estilo figurativo iría desapareciendo para entrar en un cubismo sobre la segunda mitad de los años cuarenta y sobre los cincuenta en una abstracción. Posteriormente y ya instalado en Chile su obra sufriría grandes transformaciones e incluso sobre los 60 volvería a un estilo figurativo.


ARBOL TROPICAL (1993)


El norte de Chile con su paisaje fue una constante en su obra. Los volcanes y la cordillera estuvieron bien presentes en sus lienzos. También realizó una serie de figuras femeninas frente al mar inspiradas en los mascarones de proa de su amigo el poeta Pablo Neruda. No olvidemos que la casa del poeta en Isla Negra rebosaba de estas peculiares figuras que él coleccionaba.


MASCARON DE PROA


Expuso en diferentes países y sus obras forman parte de importantes museos y galerías, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, Museo de Arte de San Francisco, en Californía; Museo de Bellas Artes en Caracas, Museo de La Habana, Musée d’Art Moderne de Ceret, Francia, Museo de La Plata, Argentina, Museo de Arte Moderno de América Latina en Washington y el Metropolitan Museum de Miami.


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Fuentes consultadas: Archivo propio.

Arte Latinoamericano .(Edward Sullivan (Madrid 1996)

Latin Amererican Art. ( N.York 2001)

Fotografías Archivo propio y la misma red.